Septiembre es el mes por excelencia de la vuelta a la rutina y al cole. Además, cada vez somos más los adultos que nos planificamos de curso escolar en curso escolar. Así, septiembre para muchos supone COMENZAR. Este inicio en general es muy ilusionante y motivante. No obstante, en ocasiones, puede resultar estresante y quemarnos antes de que el curso esté avanzado. ¿Qué puedes hacer para reducir el estrés de este nuevo curso?

Mide tus fuerzas

De acuerdo, has tenido unas vacaciones súper relajantes. Comienzas el curso con todas las ganas del mundo, pero ¿qué tal si dosificamos esas ganas y esas fuerzas durante todo el curso? ¿O al menos hasta Navidad que puedas descansar unos días? Evita apuntarte a actividades que te generan estrés. Veamos: lunes y miércoles vas a pilates porque te relaja y es bueno para tu salud. Además aprovechas que llevas al mayor a la academia de inglés y a la pequeña a pintura. Casualmente te pilla todo en el mismo centro cultural.

Martes y jueves vais todos a natación y así aprovechas a hacer algo más de ejercicio.

Los viernes te has apuntado a un grupo de costura a máquina porque este verano te has comprado una revista de patronaje y te ha encantado. Ese día a los niños los recoge su padre en el cole y puedes utilizar la tarde para ti.

¡¡Genial!! Sobre el papel todo encaja, pero ya sabes que nada es tan sencillo… a veces surgen imprevistos, y si estamos al 100% siempre, cuando surge un imprevisto hace que tengamos que ir al 120%, y eso es lo que nos destroza.

Este curso déjate margen para los errores, los resfriados y los “hoy no estoy para nadie”.

Escúchate

Muchas veces hacemos las cosas porque es lo que tenemos que hacer. Nos imponemos salir a correr tres veces por semana, comer alimentos frescos, mejorar el nivel de inglés… Pero muchas veces el esfuerzo que nos supone hacer esto es tan grande (levantarme una hora y media antes para salir a correr, hacer la compra a diario o apuntarme a una academia a las 21:00) que apenas nos deja energías para otras cosas que realmente nos llenan. Por ejemplo, ver una peli, cocinar un plato y disfrutar de comerlo o aprender una habilidad que te hace feliz (y puede que sea totalmente inútil).

Conecta contigo, escúchate y haz aquello que más te apetece.