Muchas somos las personas que hemos podido observar cómo los peques tienen rabietas, o se comportaba de manera inadecuada con un adulto. Incluso, me atrevería a decir que muchos de nosotros nos acordamos de alguna rabieta que hemos tenido cuando éramos pequeños.

Esta es una realidad con la que se encuentran diariamente todos los padres y madres que interfiere seriamente en el desarrollo del niño y en el clima familiar. Es por ello, por lo que resulta difícil de manejar y se pueden perder los nervios. Antes de saber cómo actuar, es imprescindible entender lo que son.

ENTONCES… ¿QUÉ SON LAS RABIETAS?

Las rabietas son una lucha interior que tiene el peque entre lo que quiere hacer, para demostrar su independencia, y la incomprensión de los p/madres hacia esa independencia. Por tanto, las rabietas son:

• Desbordes emocionales, producidos por la inmadurez propia del momento evolutivo en el que se encuentra el niño.
• Circunstancia de impotencia o enfado grande.
• Manifestaciones desproporcionadas (desde el punto de vista del adulto) que expresan mediante su comportamiento.

Además, cabe destacar varias características comunes en este tipo de comportamientos, entre las que encontramos que las rabietas son manifestaciones no deseadas, son desproporcionadas a la situación que se está viviendo y, por último, son observables por todo el mundo y tienen una finalidad.

Podemos encontrar dos tipos diferentes de rabietas. Por un lado, se encuentran las rabietas con función comunicativa, las cuales ocurren cuando el niño nos quiere decir algo y no sabe cómo hacerlo. Por otra parte, están las rabietas con función instrumental, las cuales son expresadas cuando el niño quiere conseguir algo.

CÓMO SE SUELE ACTUAR…

Como hemos dicho al principio, este tipo de situaciones son tan difíciles de manejar, que en la mayoría de las ocasiones no sabemos ni cómo actuar. Cuando nos encontramos ante una rabieta de nuestro pequeño/a, tendemos a actuar de estas tres maneras:

• Cediendo, es decir, dándole al niño/a lo que quiere.
• Utilizando las mismas armas, actuando con rabia, ya sea gritando o perdiendo los nervios.
• Actuando positiva o funcionalmente, es decir, ofreciendo posibles alternativas que hay ante la lucha interna que tiene nuestro hijo/a.

Si sientes que tienes dificultad para manejar las rabietas de tus hijos, recuerda que puedes pedir cita para una entrevista gratuita en info@lapuertaazul.net o en el 634 505 585.