Muchos padres acuden a la consulta del psicólogo infantil preocupados por sus hijos o hijas. O bien porque los peques no saben cómo hacer amigos o porque nadie quiere jugar con ellos. Entre los múltiples aprendizajes que tenemos que hacer a lo largo de la vida se encuentra el de socializar. Este tipo de aprendizaje rara vez se hace explícito. Ello conlleva a que muchos niños y adultos, tengan dificultades para mejorarlo. Al igual que algunos niños, necesitan que se les corrijan los ejercicios de matemáticas o de expresión lectora, con el fin de aprender de sus errores; otros niños, necesitan ayuda a la hora de comenzar una conversación o de solucionar los problemas con otros niños.

Ayudar a niños tímidos a hacer amigos

Hay muchos niños a los que les da mucha vergüenza acercarse a un grupo de niños y preguntar si puede jugar. El problema de estos niños es que están anticipando un rechazo. La única forma en la que el miedo al rechazo desaparece, es experimentando que dicho rechazo no ocurre nunca o con poca frecuencia. No suele ser habitual que un grupo de niños rechace a otro niño sin ningún motivo.

Muchas veces, lo que a los adultos nos parecen excusas, para los niños son motivos de peso. Por ejemplo: “Es que, si juegas tú también, somos impares”. Ante este tipo de situaciones, tenemos que enseñarle a nuestro hijo a buscar estrategias. Esto está muy relacionado con la autoestima.

“Nadie quiere jugar conmigo”

Cuando nuestro hijo nos dice estas terribles palabras, se nos cae el mundo al suelo y queremos solucionar el problema de inmediato para que nuestro pequeño deje de sufrir. Una opción, por la que optan muchos padres y madres, es por hablar con las familias de los otros niños para que dejen jugar al nuestro. El problema de llevar a cabo esta solución, es que no le estamos enseñando a nuestro hijo a resolver sus problemas. Además, tampoco estamos resolviendo el motivo por el que los otros niños no querían jugar con él.

En lugar de hablar con los padres de los otros niños, en primer lugar, ¿por qué no hablamos con nuestro hijo? Una conversación de verdad; no una en la que el adulto hace preguntas y el niño se queda en silencio o contesta “no sé”. Si le preguntamos a nuestro hijo “¿Por qué crees que los otros niños no quieren jugar contigo?”, la respuesta más probable será “No sé” o “Porque son tontos”. Esto no ayuda mucho. Sin embargo, si le preguntamos: “¿Qué hacen los niños que sí que juegan?, ¿Cómo podríamos solucionar este problema?, ¿Alguien se enfada en el juego?, etc.”, llegaremos antes a una solución.

Niños con intereses poco comunes

Según van creciendo los niños, van teniendo amigos según sus intereses. Cuando son pequeños todos los niños son sus amigos; sin embargo, sobre los seis años, empiezan a seleccionar. De esta forma, los niños que tienen intereses poco habituales, por ejemplo, les encanta leer o dibujar, en lugar de jugar al fútbol, pueden tener más dificultades para hacer amigos. Como padres, tenemos que respetar la personalidad de nuestro hijo. También debemos fomentar que conozca niños con intereses similares a los suyos. Por ejemplo, llevándole a las actividades que organiza la biblioteca, en lugar de al partido de fútbol, etc.

Por otro lado, las interacciones que planifiquemos con otros niños, por ejemplo, su cumpleaños, que sean de acuerdo a los gustos de nuestro hijo. Si nuestro hijo es un aficionado al kárate, hacer un cumpleaños temático de kárate para que pueda compartirlo con sus amigos, etc.