Desde que nacen nuestros hijos e hijas, nos necesitan. Sin embargo, al llegar a la adolescencia se produce un cambio brusco: de repente nuestros hijos/as, no quieren que les solucionemos ni les apoyemos en las dificultades que se están encontrando; no nos cuentan qué les preocupan, y ¡nos convertimos en el enemigo! Sin duda, la comunicación con adolescentes es diferente a cómo era con niños.
Vosotros/as, como padres y madres os preocupa quedaros parados mientras veis a vuestros hijos/as sufrir o fracasar por algo que se puede evitar. Lo que se os olvida en estos momentos tan difíciles es que:
- El sufrimiento y el fracaso forman parte de la vida. Lo importante no es evitarlo, si no saber superarlo y aprender de los errores que cometemos.
- La mayoría de las cosas que disgustan a los adolescentes, no tienen solución (rupturas sentimentales, peleas entre amigos…) por lo que es más importante que os centréis en escuchar y “acompañar” a vuestro hijo/a que en intentar solucionar el problema.
Estrategias para mejorar la comunicación con adolescentes
Los sentimientos
Validar los sentimientos significa darles importancia, no rechazarlos, ni intentar cambiarlos, ni juzgarlos. Para comenzar a admitir los sentimientos de nuestros hijos/as, lo primero que necesitamos es comprender por qué a veces juzgamos, sin que esa sea nuestra intención o sin ni siquiera darnos cuenta. Esta es la mejor estrategia para mejorar la comunicación con adolescentes, y con cualquier persona de otra edad.
Admitir los sentimientos de las personas que nos rodean significa:
- No decir: “No te preocupes”, “No pasa nada”.
- No juzgar: “Déjate de tonterías”
- No dar consejos: “Lo que deberías hacer es…”
- No criticar: “Estás en esta situación porque…”
Cuando una persona, ya sea adolescente o no, siente que la persona con la que habla no admite sus sentimientos, se puede incomodar, poner a la defensiva, cortar la comunicación o incluso agredir a su interlocutor.
Acercar posturas
Una vez que nuestros hijos/as sienten que pueden expresar su punto de vista y sus sentimientos sin que estos vayan a ser juzgados, tenemos que buscar la forma de acercar nuestra posición a la suya.
En un principio, puede parecer que tenemos intereses totalmente opuestos: “Yo quiero que estudies todo el fin de semana y tú sólo piensas en salir”, “Si por ti fuera estarías todo el día tirado en el sofá”, “Y si por ti fuera, estaría todo el día recogiendo mi cuarto”, etc.
Como en toda negociación, al acercar posturas tiene que haber una disposición por todas las partes para ceder en algunos puntos.
Las relaciones y la comunicación con adolescentes pueden llegar a convertirse muy complicadas, si queréis que os ayudemos tanto a padres como a chavales en la relación recordad que podéis pedir cita para una entrevista gratuita en info@lapuertaazul.net o en el 634 505 585.
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