Cuando nuestro hijo no quiere estudiar, es normal que como padres nos sintamos desbordados ante esta negativa. Además, esta preocupación hace que los conflictos en casa también aumenten y no sepamos cómo gestionar esta situación.

Primero de todo, queremos aclarar una creencia que suele estar muy presente en las familias. El hecho de que nuestro hijo no quiera estudiar no significa que sea un vago o un irresponsable. Tampoco significa que no vaya a querer hacer nada el resto de su vida, sino que hay unas razones por las que ahora no está motivado.

 

¿POR QUÉ MI HIJO NO QUIERE ESTUDIAR?

 

Seguramente, esta pregunta es una de las que nos hacemos muchos padres cuando discutimos con nuestro hijo al ver que no hace los deberes o que suspende los exámenes. Normalmente, las razones van mucho más allá de la pereza.

Falta de motivación: Todos nosotros nacemos con la cualidad de curiosidad y con la necesidad de explorar el mundo que nos rodea. Sin embargo, a cada uno le motiva y siente curiosidad por cosas diferentes. Igual nuestro hijo no puede escribir una redacción de lengua, pero sí puede hacer seis hojas de ejercicios de matemáticas. La motivación es nuestro motor para hacer las cosas.

Miedo a fracasar: Esta puede ser una de las razones por las que se rinda ante los estudios. Si tiene la creencia de que no va a obtener los resultados esperados, le puede crear un temor enorme. Además, la baja autoestima o el perfeccionismo pueden dar lugar a que nuestro hijo no preste atención a las tareas escolares.

Situaciones conflictivas personales: Las circunstancias personales nos influyen en la capacidad que tenemos que afrontar cosas y en funcionar diariamente. Por ello, si nuestro hijo tiene conflictos en el colegio, la casa o consigo mismo, es normal que no quiera estudiar. Primero tendrá que gestionar esos conflictos para poder ocuparse del resto de cosas.

 

¿QUÉ HAGO SI NO QUIERE ESTUDIAR?

 

Una vez que ya sabemos las posibles causas por las que nuestro hijo no quiere estudiar, estas son algunas sugerencias que podemos hacer con ellos:

  1. Aumentar su motivación intrínseca. En vez de darle premios por estudiar, fomentar ese deseo innato de curiosidad por la materia. Una forma de hacerlo es mostrándole su utilidad en la vida cotidiana, por ejemplo, yendo a museos o haciendo experimentos prácticos en casa.
  2. Premiar el proceso y no el resultado únicamente. Tenemos que procurar no centrarnos exclusivamente en la nota, sino en todo el esfuerzo que ha hecho para hacerlo lo mejor posible.
  3. Ofrecerle nuestra ayuda. Esto no quiere decir que nosotras hagamos sus deberes, sino darle nuestro apoyo y ser guías mientras los hace. Otra forma de ofrecerle ayuda es apuntándole a una academia donde pueda aprender de otros profesionales en la materia.
  4. Ayudarle a tener unos buenos hábitos de estudio. Para ello, es necesario establecer un sitio donde hacer los deberes y estudiar, fijar un horario y asegurarse de que usa técnicas de estudio.

Ofrecer esta ayuda a nuestro hijo, a veces puede resultar muy complicado. Si sientes que no sabes cómo hacerlo, recuerda que puedes pedir cita para una entrevista gratuita en info@lapuertaazul.net o en el 634 505 585.

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