Muchas veces a la de hora de organizar la decoración y disposición de nuestra casa, nos dejamos llevar por la estética y por la funcionalidad. Sin embargo, en muchas ocasiones, olvidamos reservar un espacio para rincones que nos lleven a alcanzar el bienestar.

Aquí os ofrecemos un espacio que toda casa debería tener, independientemente de la cantidad de personas que viváis en ella o de la edad que tengáis.

Rincón de los logros

El rincón de los logros es un espacio donde la familia puede reflejar aquello de lo que está orgullosa. Podéis dedicar una pared con corcho para que cada uno coloque lo que considere valioso. Otra opción para crear este espacio, es decorar una pared de forma diferente para remarcar mejor la diferencia entre este espacio y otros. Es un espacio importante y se tiene que notar. El “rincón de los logros” más habitual, por comodidad y tradición, suele ser la puerta de la nevera. Con unos imanes podemos exponer, para que todos los miembros de la casa lo vean, aquello que consideramos importante. Si optamos por esta última opción, debemos reservar este espacio únicamente para los logros; es decir, debemos buscar otro espacio para usar de recordatorio de fechas importantes, los horarios de trabajo, etc.

¿Por qué es importante tener un rincón de los logros en casa?

Muchas son las consultas que recibimos, tanto de niños como de adultos, que tienen como problema de fondo la baja autoestima que presentan los pacientes . Con algo tan sencillo este rincón, creamos la rutina de reconocernos a nosotros mismos aquello que nos hace sentir orgullo. Además de compartirlo con nuestro entorno.

Todos los días hacemos algo de lo que nos podemos sentir orgullosos. Pueden ser pequeñas cosas; por ejemplo: abrir una tapa muy dura, hacer los deberes correctamente o pedir ayuda en aquella situación difícil. Poniendo el foco sobre aspectos positivos de nuestra persona o de nuestra conducta estamos alejando la idea irracional de filtrado negativo que hace que sólo prestemos atención a lo malo que nos ocurre o que hacemos, por lo tanto, ante situaciones negativas no tenderemos al catastrofismo y habremos creado la tendencia de recordar aquellos aspectos positivos de nuestra persona.