Cuando una pareja se termina, ambas partes intentar hacerlo lo mejor posible, siendo, éste un momento de inestabilidad, al menos, emocional. Lo que es adecuado para una parte, no siempre lo es para la otra, puesto que ya no se sienten como un equipo, ni tienen los mismos objetivos ni preocupaciones. Aquí os traemos una recopilación de los errores que vemos a diario en nuestro centro.
1️⃣ No tener una comunicación fluida
Aunque la pareja haya terminado, la relación como padres no lo ha hecho. Seguís compartiendo un niño que os necesita, especialmente en este momento tan delicado de la vida familiar. Hablar sobre las rutinas del peque, los horarios y la “intendencia” es importante, pero también lo es acordar normas y límites y criterios educativos comunes.
2️⃣ Evitar temas de conversación
Ante una separación, por mucho que haya sido de mutuo acuerdo, el estado emocional de ambos progenitores está alterado. Son muchos los elementos que hay que encajar en la nueva vida familiar: vivienda, colegio, horarios, custodias… Muchas de estas cuestiones pueden ser dolorosas para los padres. Sin embargo, si nuestro hijo nos pregunta alguna duda sobre los cambios familiares, es importante que “hagamos de tripas corazón” y le respondamos en la medida que él sea capaz de entenderlo. Cambiar de tema, decirle que aún es muy pequeño para entenderlo o decirle directamente que de eso no se habla, transmiten la idea de que hablar de la separación es algo “malo”.
3️⃣ Tratar a los hijos como adultos
En el lado contrario, hay familias que cuentan a los hijos todas las razones que les han llevado a tomar la decisión de separarse. En general, estas razones son complejas y cada uno lo explica desde su punto de vista, por lo que se puede caer en presentar al otro progenitor como “el malo”. Debemos huir de “tiene que conocer la verdad de lo que ha ocurrido”.
Lo ideal es que los padres consensuen que información se les va a proporcionar a los hijos, cómo y en qué momento. Esto es especialmente relevante, a la hora de comunicar la decisión de la separación.
4️⃣ Ser demasiado flexibles
La flexibilidad es buena pero los niños necesitan estabilidad, orden y rutinas. Es bueno que el peque sepa en cada momento dónde y con quién tiene que estar, especialmente al principio de la separación. Si cada fin de semana le preguntamos “con quién quieres pasar este fin de semana con papá o con mamá”. En su cabeza (y en su corazón) sentirá que tiene que elegir (la típica pregunta de “¿a quién quieres más: a mamá o a papá?”). Es muy probable que lo racionalice: “con mamá, porque jugamos a los coches” o “con papá, porque si no se queda solo y se pone triste”. Es tarea vuestra como adultos, proporcionar a vuestro peque la certidumbre que necesita en un momento de tanto cambio.
Si te preocupa cómo se está adaptando tu hijo a la nueva situación familiar, recuerdas que puedes pedir cita para una primera entrevista gratuita escribiendo a info@lapuertaazul.net o en el 634 505 585.
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