Llega el verano. Se acerca el fin del curso escolar, para alegría de los más pequeños de la casa, que podrán disfrutar de lo que ahora parecen unas interminables vacaciones. Sin embargo, padres y madres hacemos encaje de bolillos para organizar a los pequeños cuando nosotros aún tenemos que trabajar. ¿Con quién los dejamos? ¿Campamento urbano o campamento rural? ¿Actividades dirigidas todo el día o juego libre con sus amigos?

Verano de campamento

Los campamentos son una buena forma de que los peques disfruten del verano, cuando los mayores aún tenemos que trabajar. En las últimas décadas, han ido cobrando importancia los campamentos urbanos, frente a los rurales más tradicionales. La decisión sobre el tipo de campamento al que mandamos a nuestros hijos es muy personal. Además depende de varios factores: la edad del niño, sus gustos y aficiones, la cantidad de veces que haya dormido fuera de casa y cómo haya afrontado estas situaciones, si va con alguien conocido o no…

Si buscamos un espacio donde nuestro hijo pueda hacer juegos, actividades deportivas y disfrutar de un gran verano, el campamento urbano puede ser un gran lugar en el que pasar una temporada. Por el contrario, si queremos que nuestro hijo experimente la convivencia con otros niños, de su edad, pero también de otras, que conozca un entorno nuevo y “cambie de aires”, quizá vuestra mejor opción para este verano sea un campamento rural.

Verano y aburrimiento

Muchas veces el verano puede ser sinónimo de aburrimiento. Por ese motivo, padres y madres organizamos algunas, muchas o demasiadas (según el caso) actividades para nuestros hijos. ¿Es esto adecuado? En La Puerta Azul somos firmes defensoras de la importancia del aburrimiento. ¿Por qué? Porque cuando nos aburrimos somos más creativos, aprendemos a demorar los refuerzos y reducimos la sobreestimulación, propia de nuestro ritmo de vida.

Pero… ¿Ocurre algo si mis hijos van a actividades de verano? En absoluto, siempre que ellos sientan que son un pasatiempo y que van a jugar. Si nuestros peques lo viven cómo una obligación, más propia del periodo escolar que el vacacional, deberemos revisar con qué objetivo queremos que acuda a esta actividad y si el verano es el momento adecuado para ello.