Pues eso. Ya lo dice el título. Que yo no me voy de vacaciones. Al menos de momento. Y, ¿qué nos queda a los que no nos vamos de vacaciones? Aparte de envidiar a los niños que no tienen cole, ¿qué más podemos hacer? ¡Pues muchas cosas! Aquí van algunas ideas…

Aprovecha el buen tiempo

Hay muchas cosas que dejamos de hacer en invierno. Si el invierno es una época de recogimiento en casa, el verano es todo lo contrario. Los días son más largos y hay más luz. Aprovecha estos momentos para hacer cosas que en invierno no puedes. Por ejemplo, ir a la piscina o cenar fuera con unos amigos en una terracita. Está comprobado que la luz nos influye mucho en el estado de ánimo de forma positiva. ¡Disfrútala! Tú eliges cómo alargar un poco más tus días.

Se acabó el procrastinar

Procrastinar, esa palabreja tan fea que no sabemos muy bien qué significa. Pues bien, se refiere a retrasar algo que tenemos o queremos hacer, de forma infinita. Las excusas más utilizadas para dejar de hacer algo son «no puedo» o «no tengo tiempo». ¡Pues ahora lo tienes! Deja de alargarlo y ponte a ello. Si es algo que llevas tiempo queriendo hacer y no encuentras el momento oportuno, es éste. Al hacerlo te sentirás mejor. Cuando dejamos que la pereza y las excusas dominen nuestra vida, esto nos satisface a corto plazo. Sin embargo, a largo plazo, es mucho más placentera la sensación de «no tener ningún cabo suelto».

¿Y si no sé qué hacer?

Muchas personas que acuden a consulta al preguntarles qué les gusta hacer no saben qué responder. «Conócete a ti mismo» puede parecer un topicazo que utilizamos los psicólogos. Y no, no pretendemos torturaros. Es importante conocer qué te hace feliz, aparte de las personas que te rodean. Si es tu caso, puedes utilizar este tiempo libre antes de irte de vacaciones para probar nuevas aficiones. ¡Imagina que descubres algo que te apasiona! Lo peor que puede pasar es que dediques tiempo a algo y luego no te guste. ¡Al menos ya sabrás algo que no te gusta!

No la tomes con quienes se van

Que el innombrable de tu jefe tenga la suerte de poder cogerse las vacaciones cuando quiera, da rabia. Pero, ¿y si en lugar de dejar que te lleven los demonios piensas en la parte positiva? ¡La oficina sin él!

Tener malos pensamientos y emociones hacia alguien solo nos provoca sufrimiento. Así que déjalos a un lado e intenta ver la cara positiva.